Qué son y cómo elegir una cama nido

Los dormitorios de los pequeños se vuelven, en más ocasiones de lo que se suele admitir, en verdaderos quebraderos de cabeza, sobre todo cuando tienen que ser compartidos por varios hermanos. Por regla general, los hijos en edad infantil acumulan una enorme cantidad de juguetes, ropas y todo tipo de objetos que deben ser recogidos diariamente, después de que ellos pasen el tiempo jugando o usándolos.

 En estos casos, tener una habitación funcional, que permita ganar espacio y tenerlo recogido según convenga, resulta ser un gran alivio. 

Las camas nido son los muebles ideales para los cuartos de los niños cuando el espacio no abunda. Se trata de una solución sencilla, muy estética y práctica cuando se necesita optimizar hasta el último cm de la habitación. 

Este tipo de mobiliario son dos camas en un solo conjunto en la mayoría de los diseños, aunque hay bastante variedad disponible en el mercado, algunas con un cajón o cajones disponibles para almacenaje. 

En cualquier caso, es una fórmula ampliamente utilizada en las viviendas familiares, pues se presenta como una solución a medida para aprovechar el espacio, ya que una de las camas se quedará oculta bajo la otra durante el día, cuando no está en uso.

Estos son los consejos que hay que considerar para acertar con la elección de una cama nido. 

Frecuencia con la que va a ser usada

Es importante valorar, antes de hacer la compra, qué uso va a tener la segunda cama, ya que no es lo mismo, como cabe suponer, que sea diario para dos hermanos de edades parecidas que para ser utilizada solo cuando venga una visita, de forma esporádica y puntual, con la llegada de algún amigo que pretenda quedarse a dormir. 

Para el primer caso, es aconsejable que la cama nido sea fácil de mover y no pese demasiado, con un sistema simple de apertura. En el segundo caso, puede encontrarse dividido, por una parte, el somier recogido sobre sí mismo, ocupando solo la mitad del espacio, dejando libre la otra mitad para que sirva de almacén. En estas camas nido, el peso y resistencia al movimiento suele ser mayor, usándose bastante menos veces.

El lugar de ubicación

Aunque el lugar natural de una cama nido es la habitación de los niños, su disposición puede no ser la que recibe una cama tradicional, siendo esta, no hay que negarlo, la más común. También puede usarse a modo de sofá con la cama para uso exclusivo del pequeño o para recibir la visita de amigos y familiares. 

De este modo, siempre se contará con un mueble más, con la opción de convertirse en un lecho cuando haga falta. Así mismo, también se suele usar para otro tipo de habitaciones, como son los estudios, las habitaciones de invitados o estancias auxiliares para libre disposición. 

En cualquier caso, independientemente del lugar donde se coloque, hay que dejar al menos 120 cm de espacio por delante, ya que suelen tener 80 cm de ancho, y se necesitará de al menos 40 cm para que se pueda pasar sin complicaciones. 

Las medidas de las camas nido

Directamente relacionado con el sitio donde va a ser colocada, habrá que adquirir el tipo de cama nido que se necesita. Las camas nidos suelen tener 180, 190 y 200 cm de longitud, por unos 80, 90 y 105 cm de ancho. Los más habituales para niños suelen mantenerse en los 90 cm de ancho para la cama principal y 80 cm para la cama inferior. 

En este sentido, no hay que olvidar que la altura del colchón inferior que deberá establecerse entre los 15 y los 23 cm, según las características del usuario. 

El tipo de colchón

Como se intuye, el grosor de los colchones en una cama nido, sobre todo en la cama inferior, tiene una altura limitada. Sin embargo, esto no debe ser una cuestión que importe demasiado, ya que el mercado ofrece una gran calidad en este tipo de elementos, que se adaptarán sin problemas a este espacio procurando el máximo confort al niño. Se recomiendan las colchonetas Visco en el caso de necesitar una altura inferior a los 15 o 17 cm, con núcleo HR de 30 Kg.

Material más adecuado

Los dos tipos de materiales más frecuentes que vamos a encontrar en estos muebles son la melanina y la madera maciza. De estos dos, la melanina, es decir, los tableros de aglomerado revestidos decorativamente por una lámina, es el más común. 

Además de ser un material muy resistente y muy duradero, ideal para soportar la lucha en un cuarto para niños, es fácil de limpiar, ya que no es poroso, son económicas y se presentan en una buena cantidad de colores y acabados. 

Sin embargo, la madera maciza siempre da un toque de distinción a cualquier estancia o dormitorio. Además de aportar belleza natural, es resistente y saludable, pero son bastante más caras. Los acabados en madera de haya como esta que se presenta tras , forman parte de las más atractivas y con mejor relación calidad precio.

Camas nido con almacén

Nombradas anteriormente, pero de forma muy breve, en este mismo artículo, merecen señalarse las camas nidos que ofrecen mucho más que simplemente guardar otra cama en su interior. 

Estos muebles contienen un cajón, o varios, útiles y con suficiente espacio como para guardar muchas cosas, desde los textiles de cama hasta juguetes, desde servir de zapatero hasta para mantener a buen recaudo las prendas de temporada. En cualquier caso, siempre resulta una solución realmente práctica, que como ya se dijo, es perfecta para viviendas con pocos metros útiles. 

En este tipo de camas nido, la altura de la cama es superior, aproximadamente 80 cm. Esto implica cierto riesgo si el niño que la ocupa es pequeño, aunque solo habrá que preocuparse si la cama inferior no está extendida. 

No obstante, aunque esté recogida, hay soluciones muy eficaces, como la colocación de una barandilla de quita y pon, por ejemplo. También existen los modelos de literas y la cama inferior modelo nido para almacenaje, como la litera moderna que aparece tras este enlace, y es que las opciones disponibles son numerosas.

Armario de 100 cm

Camas nido para tres niños

Para casos de familias numerosas con tres niños de aproximadamente la misma edad, esta es la solución perfecta. Para que los peques puedan compartir una misma habitación, la solución está en una litera con cama nido, lo que proporciona tener tres lechos ocupando el espacio de uno. 

En estos casos, es la altura del techo lo que hay que tener presente, debiendo dejar una distancia mínima entre el techo y la última cama de 60cm. Por otro lado, entre la cama intermedia y el somier superior deberá quedar otros 70cm. 

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